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Los efectos del coronavirus en el comercio internacional
A la crisis sanitaria que sacude al mundo, se suman las consecuencias económicas que traerá la pandemia del Covid-19. No hay recetas ante un escenario tan impredecible, cualquiera sea la lupa con la que se quiera mirar.
Irónicamente, la misma integración que era tendencia entre las economías mundiales, fue la que permitió la expansión del virus. Evitar la propagación del nuevo coronavirus y el peligroso colapso de los sistemas de salud pareciera encontrar una respuesta en la desconexión.
Por ello, la mayoría de los países de América están atravesando aislamientos sociales, cuarentenas y severas restricciones a la comercialización, el transporte y el cierre de fronteras. Todo para hacer frente a los contagios masivos y evitar, con mayor o menor éxito, la mortalidad en la población.
Para América Latina, el futuro es incierto y el presente, preocupante. La ventaja es que el virus se inició en tierras lejanas y permite mirar hacia allá como en un espejo. La desventaja es que la imagen que devuelve no es bella.
El escenario menos pensado
Si bien es cierto que el tiempo y la distancia dieron ventajas a nuestra región, hay que tener en cuenta algunas características del comercio internacional para intentar comprender la crudeza de la contingencia. Según la ONU:
El comercio entre China y la región aumentó de 12,000 millones de dólares en el año 2000 a 306,000 millones en 2018, lo cual convirtió al gigante asiático en el segundo socio comercial.
Hace tres años, ya representaba el 9% de las exportaciones totales latinoamericanas, y el 18.4% de las importaciones totales.
Para México, en particular, China es el segundo socio comercial: concentra el 18% de las importaciones y es el cuarto país de destino de las exportaciones.
En este sentido, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) ya había advertido, a principios de marzo de este año, las graves consecuencias en el comercio exterior que traería aparejado el brote del Covid-19, cuando todavía no era una amenaza tan grande para la región.
Según la ONU, la brusca caída de la economía del país asiático podría afectar gravemente a América Latina, teniendo en cuenta que China perderá entre 1 y 2 puntos de crecimiento. Incluso, para Luis Alberto Moreno, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el impacto del coronavirus “restaría este año al menos 0.6% o 0.7% del PIB de Latinoamérica”.
A su vez, se suma la situación actual que viven los Estados Unidos, cruelmente afectados por el covid-19. Las consecuencias en términos económicos son recesión, aumento de la pobreza, desempleo y límites al comercio internacional.
Esto último afecta a nuestra región y, en particular, a México, ya que EE. UU. es nuestro principal inversor y socio comercial. Además, se prevé una caída abrupta de la industria automotriz mexicana.
Los efectos para Latinoamérica
En este escenario, se estima que las principales consecuencias del coronavirus en los países en vías de desarrollo serían:
Recesión en las economías locales
Reducción de la inversión a corto y largo plazo por parte de aliados comerciales
Volatilidad en los mercados de valores de los países
Caída en las exportaciones
El plan que se espera
El mundo no volverá a ser el mismo. La pandemia del coronavirus no sólo desafía al comercio internacional, sino que también desnuda las realidades de las economías más vulnerables.
Frente a esto, empiezan a sonar campanas que creen que el futuro tendrá que dirigirse hacia una nueva geopolítica de la producción a través de la nacionalización y regionalización.
En este sentido, países de América Latina fomentan planes y programas para proteger la industria local, revitalizar el consumo interno y evitar despidos. Estas medidas incluyen subsidios a pymes, créditos blandos y reducción impositiva.
Por otra parte, otra apuesta será la reconfiguración del crédito internacional tras la pandemia. Sobre todo, en países con grandes deudas externas por afrontar. Al respecto y contra todo pronóstico, organismos internacionales como el FMI y el Banco Mundial afirman que será necesario que se condonen deudas de países pobres.
El mundo escribe su historia con un acontecimiento sin precedentes. ¿Cómo se recreará el mundo? Aún no se sabe. Sólo el recuerdo de otras crisis profundas, como la de 1929, con la caída de la bolsa de Wall Street, y la crisis financiera de 2008, marcan, en alguna medida, hacia dónde salir.
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